Desde el Colegio Farmacéutico de La Rioja, expresamos nuestro más enérgico rechazo a la aplicación del DNU 70/23, que representa un peligro para la salud pública, la profesión farmacéutica y el modelo sanitario de farmacia.

En la década de 1990, con el decreto 2284/91 de Domingo Cavallo, sufrimos las consecuencias nefastas que tuvo para nuestro ejercicio profesional. Este nuevo embate del gobierno de Javier Milei es más profundo y altamente perjudicial para nuestra profesión, llevándola al borde de la desaparición en todos sus ámbitos de desempeño y, por consiguiente, poniendo en riesgo la continuidad de la carrera de Farmacia.

DECIMOS NO A:

· La venta de medicamentos por fuera de la farmacia: Representa un peligro para la salud de la población, ya que abre la puerta a la comercialización sin control y a la circulación de productos falsos o adulterados.

· Que cualquier persona sin título habilitante pueda estar a cargo de una farmacia: Los farmacéuticos somos profesionales que garantizamos, bajo nuestra responsabilidad, la calidad, origen y seguridad de los medicamentos que se dispensan.

· Que se permita la propiedad de las farmacias en manos de sociedades anónimas cuyo único objetivo es hacer negocios: Esto pone en riesgo la supervivencia de las farmacias instaladas en zonas rurales o alejadas de los grandes centros urbanos.

· La dispensa por parte de las droguerías de medicamentos bajo receta: Esto coloca a la farmacia como un mero intermediario comercial y le quita su rol de establecimiento de salud y como parte de la red sanitaria más grande del país.

Los farmacéuticos riojanos nos sumamos a los colegas de todo el país para visibilizar este atropello a nuestra profesión, al modelo de farmacia profesional y a la salud de todos los argentinos.